EL MITO DEL PERFECTO INDOLENTE. DISEÑO, «ARTE» Y ARTESANÍA.
El capítulo 3 comienza con una citación de Harley Parker sobre el buen gusto, el cual es el recurso más recurrido de las personas inseguras y menos creativas, como anestesia para el público.
El capítulo 3 comienza con una citación de Harley Parker sobre el buen gusto, el cual es el recurso más recurrido de las personas inseguras y menos creativas, como anestesia para el público.
El diseñador o artista se expresa egocéntricamente, crea para el mismo a expensas del consumidor partiendo del arte y la artesanía.
A mitad de los años veinte, Rietveld diseño una serie de muebles influenciado por el movimiento pictórico De Stijlse. Su abstracción morfológica y sus tonalidades no guardaban relación alguna con el cuerpo humano, la complejidad de estos muebles no era nada ergonómica. Aunque el éxito de estos muebles duro poco, hoy podemos llevar el arte a cualquier objeto tridimensional. El sofá de Dali con la forma de los labios de Mae West puede considerarse una manifestación surrealista, fuera de lo común, pero las almohadas tipo amapolas hinchables están muy demandadasaun que no cumplen con su misión. Y como una imagen vale más que mil palabras, en las revistas de hogar las presentan visualmente muy atrayentes para el consumidor, aun así, sabiendo que es muy molesto que chirríen entre ellas y que ni siquiera transpiran. Con lo cual es más fácil para el consumidor guiarse por la vista antes que por la lógica y su propia comodidad.
Hermann Hesse, en su novela Magister Ludi, nos presenta una comunidad de intelectuales que ha perfeccionado un lenguaje místico, simbólico, llamado «el juego de las cuentas», donde fuera de ese “juego” solo hay guerras y conflictos, pero los practicantes del juego de las cuentas han perdido contacto con el mundo. Solo intercambian cuestiones esotéricas en ese juego. Actualmente existe un paralelismo entre ese juego y las aspiraciones del artista contemporáneo cuando expone sus visiones particulares. Situando al hombre fuera del espacio.
La cámara y la fotografía causan bastante impacto en las artes plásticas ya quecualquiera puede “copiar la naturaleza” con solo apretar un botón, uno de los principales objetivos de la pintura. Pero incluso la fotografía es una abstracción. al principio de la Primera Guerra Mundial había tendederos vendiendo fotografías de hombres. Acostumbraba almacenar cuatro fajos de pequeñas fotografías idénticas, tipo estudio, de modelos masculinos. Una foto del rostro de un hombre bien afeitado. La segunda, la de un hombre con bigote. La tercera mostraba un hombre con barba, mientras que en la cuarta el modelo lucia barba y bigote. Los jóvenes militares comprabanla que más se pareciera a ellos, y se la regalaba a su esposa o a su novia como recuerdo, dando resultado, aunque fuera de un extraño, si llevaba el bigote adecuado, la fotografía era fiel a la cara del difunto, más fiel que cualquier otra que hubiera podido ver antes la esposa, exceptuando la cara «natural».
Sin embargo, son pocos los que han tenido en cuenta el importante impacto de la máquina-herramienta y la perfección de la maquinaria. actualmente las cadenas de montaje de las fábricas y su consecución de una «perfección pura y simple», priva a las artes plásticas de la “búsqueda de la perfección”. El hombre y el artista vive hoy en el ambiente de la máquina y se ve condicionado por ella. Así pues, unos artistas ven en la máquina una amenaza, otros un modo de vida, y otros una salida. Al parecer, una manera de librarse de la amenaza es burlarse de ella mediante el ridículo, la sátira o la parodia.
En 1960 se colocó en el jardín del Museo de Arte Moderno de Nueva York, una de las máquinas de Jean Tinguely, esculturas compuestas de piezas de máquinas viejas, y, al ponerse el sol, se puso en marcha. Algunas piezas se movieron sin control, llegando a arder hasta derrumbarse, un espectáculo para deleite de la audiencia y entre ellos bomberos que habían sido avisados por los vecinos asustados. La sobrecompensación también puede ser motivo de risa.
Piet Mondrian, bajo la precisión maquinista en Holanda, decidió transmutarse en máquina. Sus cuadrados, dinámicamente equilibrados, hubieran podido ser hechos por una máquina. Así, Mondrian se vio enfrentado al ordenador. Pero después de su muerte una exposición retrospectiva de Mondrian incluía algunos de sus lienzos inacabados. Las líneas negras estaban representadas por cinta adhesiva negra; sobre el fondo quedaban rastros de esta. Mondrian era fiel a unas pautas de comportamiento propias de las computadoras.
Otra forma de tratar con la máquina es evitándola enteramente.Los artistas del movimiento surrealista, basando en símbolos del subconsciente, aspiraron a convertirse chamanes del pigmento. Salvador Dalí en su cuadro “la jirafa ardiente” experimenta unpotente estímulo sexual pictórico, perono causa la misma sensación a sus espectadores. El cuadro de Dorothea Tanning que muestra a una niña de diez años, desnuda, con botas militares y un sombrero marinero, y que abraza sensualmente el tubo incandescente de una estufa, tampoco consigue una reacción adecuada. Pero todos los emblemas totemistas y fetichistas de los surrealistas fracasaron en su intento de comunicación. El surrealismo se podría comparar con cajitas, llenas de objetos extraños y hábilmente dispuestos, son universos pequeños y manejables. Se trata de un sistema para abastecer a los grupos minoritarios (como en el Juego de las Cuentas) y protegerse de un ambiente amenazador.
Artistas como Andy Warhol, Roy Lichtenstein y Robert Rauschenberg han cargado de lógica sus obras, intentando llevar lo corriente a la altura de extraordinario, pero la perspectiva se pierde. El rostro de Marilyn Monroe, reproducido idénticamente tantas veces nos dice que ella solo era una de tantas, e intercambiable, un símbolo sexualmás de Hollywood.
El arte como satisfacción personal también puede servir como vía de escape a la agresión y hostilidad. Niki de Saint-Phalle dispara sobre sus construcciones de yeso, bolsitas de pintura que revientan y las embadurnan. Junto a dos “colaboradores” y construyó, en Estocolmo, un gigantesco desnudo reclinado en el que los espectadores entran por la vagina para admirar las construcciones interiores, despertando distintas sensaciones entre sus espectadores.
Y para evitar todo lo anterior solo queda“el accidente”. Porque una computadora correctamente programada no comete errores. Así pues, podría ser más lógico glorificar los errores y venerar los accidentes. Jean (Hans) Arp, uno de los fundadores del movimiento Dadá en Zurich durante la Primera Guerra Mundial, fue el primero en intentarlo disponiendo formas por mera casualidad. Rasgó sin mirar una de sus pinturas y la dejo caer por una escalera haciéndola pedazos. A continuación, los pegó donde habían caído. Unos años después Spoerri pegó a la mesa los platos, las servilletas de papel manchadas y los restos del desayuno y tituló al conjunto «Desayuno con Marie», colgándolo todo en un museo. Los pintores expresionistas abstractos clamaran en favor del error, el accidente, o lo imprevisto. Estos artistas complacen plenamente el deseo de la novedad de todas las maneras posibles. Tanto la relación del artista con la cultura de la máquina sigue siendo válida recientemente, persiguiendo la búsqueda de la diferencia o la novedad de las cosas. Apartándose de los convencionalismos por parte de los clientes o espectadores, el artista contemporáneo ha tendido que modernizar su obra.
Cada vez más personas, sobre todojóvenes, rechazan los objetos sensibilizados por una sociedad postindustrial repleta de artilugios, diferentes y atractivos. Dando lugar al Arte Conceptual.
Cuando se invita a los aficionados a los museos a una inauguración y se les dice que no vayan al museo, sino que realicen fuera una serie actividades tan diversas realizadas simultáneamente por tantas personas constituyendo asítanto la inauguración de la exposición como la exposición misma; gente que trata de jugar a juegos de azar en los cuales la maquina no se dispone a jugar, por tanto, se trata de una reacción contra la esta. Necesitamos necesita de la pintura, la música, la escultura, la poesía, el arte en general.
Podemos encontrar perspectiva distinta cuando unos cuantos “pintores” en Nueva York destrozaron dos docenas de violines y bajos para luego pegar los pedazos a una pared y crear un mural, a lo que se les cuestiono moralmente sobre aquellos que querían ser músicos, pero su economía no se lo permitía. Llegados a esto, incluso las exhibiciones de “buen diseño” de más prestigio pueden decepcionar.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York realizo una exposición de objetos que llevan lo conscientemente feo, a otro nivel. Llegando a exponer desde una pequeñalámpara diseñada para parecer precaria einestable desde cualquier ángulo, hasta un rebeldechorro de plástico de la misma tonalidad que diarrea congelada formando una butaca. En una sociedad, en la que lo “agradable según la moda” puedeobtenerse con facilidad, se le ha imbuido que lo basto y lo feo también tiene valor cuando el diseñador aleja de sí y de sus responsabilidades.
Por lo tanto y como paso en Roma cuando los bárbaros estaban a sus puertas, no hay bárbaros: nosotros nos hemosconvertido en nuestros propios enemigos, y la barbarie ha llegado a estar alalcance de todos.
Beatriz Pérez Martínez.
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